Las ciudades de Málaga (España) y Cartagena de Indias (Colombia) han compartido sus conocimientos a través de nueve encuentros virtuales y empiezan a avanzar en dos proyectos pilotos que beneficiarán a sus ciudadanos. Los pilotos se centran en las zonas más turísticas de ambas ciudades, con el objetivo de evitar un proceso de gentrificación o turistificación.
En el Distrito de Cartagena, la ciudad turística más importante de Colombia, el proyecto piloto – Implementación de práctica artística comunitaria “Para quedarnos aquí” – se centró en barrios en peligro de gentrificación y pérdida de identidad cultural; los resultados esperados incluyen la ideación de un Plan de Desarrollo Comunitario El Espinal – 2030 en función de la preservación de la identidad cultural del barrio y la compilación de piezas gráficas que permitan generar una imagen promocional de la identidad que represente tanto a los habitantes como al barrio en su conjunto.
“Para comenzar este trabajo haremos un plan participativo para la comunidad de El Espinal con el apoyo de la ciudad de Málaga y además haremos un hermoso proceso de mejoramiento de fachadas y de mejoramiento de avisos, para que todas las tiendas locales se llenan de orgullo por estar en su barrio y poder permanecer allí”, ha destacado Ana María Gonzalez, asesora de Despacho para la Cooperación Internacional de la Alcaldía de Cartagena.
Dando seguimiento al piloto, el Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena, en el ámbito del proyecto “Regeneración Urbana en Ciudades Turísticas: actuaciones en barrios en riesgo de gentrificación y pérdida de identidad cultural” ha concertado el primer espacio de diálogo para el análisis de los aprendizajes a fin de replicar con éxito sus experiencias a favor del los habitantes del barrio de El Espinal como zona de alta influencia del Bien de Interés Cultural Patrimonial Material. El propósito es conocer la experiencia que desde Málaga se ha dado en términos de planificación estratégica entre la sociedad civil, el sector público y el privado para la prevención de procesos de gentrificación y la preservación del patrimonio inmaterial.
El piloto en Cartagena seguirá con acciones de formulación del Plan de Desarrollo Comunitario, con énfasis cultural y embellecimiento de espacios de carácter comunitario, cómo fachadas, zonas contemplativas y pequeñas zonas verdes.
En Málaga el barrio en foco es Lagunillas. Situado en los arrabales del centro histórico, es un barrio tradicional popular contiguo a una zona con población marginal de perfil vulnerable que presenta una mezcla poblacional entre habitantes autóctonos y nuevos habitantes de perfil sociocultural medio-alto que huyen de la turistificación de la almendra central histórica.Pero, la turistificación no se ha dado de manera fehaciente, sino que más bien es una amenaza detectada por los vecinos, lo que les ha llevado a mostrar resistencia a cualquier actuación de regeneración urbana dirigida por el Ayuntamiento.
El proyecto denominado “Lagunillas, espacio para todos” pretende la regeneración de dicho espacio público mediante soluciones basadas en la naturaleza, a través de la participación de los vecinos y los colectivos del barrio en el diseño, implementación y gestión de este ámbito. El espacio público que se ha elegido en Lagunillas, para transformar mediante el co-diseño y co-implementación de los actores del barrio aplicando soluciones basadas en la naturaleza, es el Huerto La Yuca donde se está implementando el piloto.
Mediante esta acción se pretende capitalizar la experiencia de Cartagena de Indias en la gestión de los espacios públicos por los ciudadanos.
“Estamos intentando aplicar el proyecto piloto con la sociedad civil del barrio y con los jóvenes e entidades sociales que están trabajando en el mismo objeto que sea un proyecto de co-diseño y co-participación, donde se involucre, desde el primer momento a la ciudadanía”, resaltó Montserrat Blanco, del Ayuntamiento de Málaga.
Se espera que al final el proyecto resulte en la elaboración de un Protocolo para el diseño y gestión de espacios públicos con participación ciudadana, la regeneración del espacio libre del barrio, que ya ha iniciado, y la formación a los vecinos sobre temas medio ambientales y soluciones basadas en la naturaleza.
Los dos pilotos siguen intercambiando informaciones y experiencias a través de reuniones entre representantes de las ciudades y organizaciones de la sociedad civil.